Mi confrontación con la docencia

Yo estudie Agronomía como única opción, ya que mis padres no contaban con recursos económicos para darme estudios. Durante mis estudios en la carrera, siempre me llamo la atención como los profesores dirigían al grupo, los conocimientos que manejaban y como los transmitían, eran muchos los aspectos que me llamaban la atención.

No me llamo la atención ejercitar mi carrera y en mayo de 1996, me dirigí a Toluca a meter documentos a la Dirección de Educación Media Superior para impartir clases, en septiembre del mismo año recibí una llamada donde se me informo que debía presentarme con el Director de la Escuela Preparatoria Oficial No. 79, puesto que ya estaba contratada.

Así, inicie mi labor como profesora, sólo con la información que conocía de mis profesores; el miedo, la incertidumbre y el no querer entrar al salón de clases me invadieron; mi primer día junto a mis alumnos jamás lo olvidaré. Para mí, esta trayectoria ha estado llena de retos, de amarguras, de frustraciones, estos aspectos me han dado muchos motivos para superarme y añadir cada vez algo nuevo a mi práctica docente.

Actualmente me siento bien, más tranquila, soy consciente de que esta labor es así (y para mí hasta este momento empieza a cobrar un significado muy especial), aunque la verdad si me molesta no sentir el apoyo de las autoridades directas.

Los alumnos de este nivel si quieren aprender, en el fondo si quieren responder a las demandas del sistema educativo; buscan un porque en sus estudios, un motivo para hacer las tareas, sólo que a veces no encuentran el sentido, ni el apoyo, el detalle es que quieren ser escuchados y entendidos, y yo me pregunto ¿En qué momento? Porque con todas las demandas administrativas no hay tiempo para echarlos.

A veces me siento fuera de contexto, como que nadie me entiende, como que nadie escucha, es a veces la soledad me persigue de un lado a otro, aún así, sigo mi labor, en la realización de la planeación de actividades que lleven a los alumnos al aprendizaje activo. Me considero un ser incompleto, lo cual me lleva a adquirir cada vez más información, conocimientos, herramientas, para mejorar como docente y como persona.